jueves, 13 de enero de 2011

"AFIRMANDO EL TRONO"

1 REYES 2

“Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.” 1 Reyes 2: 45.

David sabía que estaba en los últimos días de su vida. Sabiendo esto, anima a su joven inexperto hijo rey: “Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre.” (V2) Además, le da algunas muy sabias recomendaciones en relación a la estabilidad del reino y el bienestar personal del mismo Salomón, las cuales fueron:
• 1. “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios,…” (V3) Ser obediente a la palabra de Dios plasmada en las escrituras es la primera y principal recomendación, ya que haciendo esto sería prosperado en todo lo que emprendiera. Además le recuerda que la condición de Jehová para confirmar la perpetuidad de la dinastía de David, era que sus descendientes obedecieran la palabra de Dios.
• 2. Le encarga aplicar castigo a Joab y a Simei por faltas cometidas y que David en su momento no se atrevió o no quiso aplicar. Esto era importante, pues la presencia de estos hombres era una amenaza para la estabilidad del reino.
• 3. Le pide recompensar a los hijos de Barzilai, pues este hombre había entregado provisiones a David en el desierto, cuando el rey huía de su hijo Absalón. David estaba en deuda con él y quería mostrar su agradecimiento a esta familia; además, era muy conveniente que Salomón contara con gente valiosa como esta.
Después de reinar 40 años, David murió y fue sepultado en Jerusalén. Salomón continuó el reinado, ahora sin la tutoría de David.
Además de los ‘recomendados’ por su padre como peligrosos, Salomón tenía en la mira a su hermano Adonías y a su cómplice, el sacerdote Abiatar, quienes representaban el peligro latente de una nueva conspiración. Salomón había perdonado la vida a su hermano Adonías, bajo advertencia de que se portara bien, pero el joven aun se sentía con derechos de ocupar el trono, por lo que mantenía nexos con Joab y Abiatar, los cuales seguían al frente del grupo mayoritario de las fuerzas armadas y del sacerdocio, respectivamente.
Adonías consigue que la reina madre, Betsabé, pida al rey la mano de Abisag para él. Abisag, además de ser hermosa, había sido mujer del rey David. En aquellas tierras orientales, casarse con la viuda de un rey anterior daba derechos reales al nuevo esposo. Betsabé no vio malicia en los planes de boda de Adonías, pero Salomón entendió que este era un nuevo movimiento de su hermano con el propósito velado de ganar legitimidad, para después volver a arrebatar el trono.
Con este intento fallido, Adonías ‘firmó su sentencia de muerte’, pues Salomón ni tardo ni perezoso, instruye al general Benaía para que Adonías sea ejecutado. Acto seguido, Salomón llama a comparecer al sacerdote Abiatar, pero en este caso, a él le perdona la vida nuevamente, debido a sus años de servicio al rey David; sin embargo, es destituido del sacerdocio y exiliado a su tierra. Por su parte Joab, con su actitud confirma la percepción de Salomón de que si había ‘gato encerrado’ en relación al caso de Adonías, ya que al enterarse de la muerte de su cómplice y de la destitución del sacerdote Abiatar, Joab huye y se refugia en el tabernáculo de Jehová; con todo y eso, Salomón decide aplicarle de una vez por todas la pena capital por todos los crímenes que este hombre había cometido.
Simei, pariente del rey antecesor a David, también es ejecutado después de romper su arraigo en Jerusalén, pues quedarse en esa ciudad era la condición que Salomón le había impuesto para preservar su vida.

Para reflexionar:
• Salomón empezó su reinado con el pié derecho al honrar a su padre, pues cumplió fielmente su última voluntad, que era de acuerdo a la ley de Dios. También nosotros seremos bendecidos por Dios si honramos a nuestros padres.
• David había actuado algunas veces guiado con el corazón, dejando impunes algunos actos que merecían la pena capital, esto a la larga le trajo serios problemas. En cambio Salomón, fue enérgico en aplicar la ley de su reino a los infractores, no sin antes darles una última oportunidad, consiguiendo así estabilizar su incipiente reinado.
• El consejo de David a su hijo aplica también para nosotros: Andar en los caminos de Dios guardando sus preceptos, es la mejor fórmula de lograr el verdadero éxito en la vida.
• Tener un corazón conforme al corazón de Dios traerá bendiciones a nuestra descendencia. Dios preservó por muchos años la dinastía davídica por amor a David, su siervo. Incluso me atrevo a pensar que algunos reyes, presidentes y primeros ministros en el mundo moderno, pudieran ser sus descendientes.


TRANSFORMADOS PARA SERVIR.
JOSIAS I. GONZALEZ.

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