lunes, 17 de enero de 2011

"SABIDURÍA Y PRÓSPERIDAD"

1 REYES 3 y 4

“Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose.”
1 Reyes 4: 20.

Dos mujeres prostitutas compartían casa, las dos tenía un hijo cada una. Uno de los niños amaneció muerto. Ambas mujeres reclaman al hijo vivo como suyo y atribuyen al muerto como hijo de su compañera. No hay testigos, es la palabra de la una contra la otra, una de las dos está mintiendo y la otra dice la verdad ¿Cómo saber quién es la verdadera madre?
Este caso no es un acertijo imaginario, fue un caso de la vida real que a Salomón le tocó juzgar. Veamos el desenlace: se escucharon los alegatos de ambas mujeres “Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.” (V25-27) ¡Caso resuelto!
Dios cumplió su promesa le dio a Salomón una sabiduría asombrosa y el caso anterior es una muestra. Esta capacidad la aplicó en la administración del reino, estableció una organización muy eficiente, siendo sus oficiales: sacerdotes, secretarios, un canciller, un jefe de las fuerzas armadas, un primer ministro, un mayordomo y un ministro del tesoro. Además, algo sobresaliente en su reinado, es que realizó una división territorial en doce provincias con límites diferentes a las tribales, puso a un gobernador en cada una de ellas y a un jefe sobre sus gobernadores.
Durante la mayor parte de gestión de Salomón, todo el reino tuvo paz y prosperidad. “Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.” (V25).
Entre otras cosas, compuso 3,000 proverbios, 1005 cantares, disertó sobre botánica y zoología. “Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría.” (V34)
Para reflexionar:
• Muchas veces nos llenamos de vano orgullo cuando las cosas nos salen bien, o por nuestros logros y posesiones. Presumimos de nuestras virtudes como la inteligencia, elocuencia, belleza, fuerza, capacidades deportivas, habilidades artísticas, etc. Todo esto, como si fuéramos los propietarios y generadores de los logros.
• En realidad todo viene de Dios, así como a Salomón dio Sabiduría, Él nos ha dado muchas capacidades aunque no las hayamos pedido. Dice la biblia que solo Él es el único dueño del mundo, la plata y el oro. Así que, los aplausos por lo maravilloso que hay en nuestra vida debe llevárselos el Señor.
• En la mayoría de los casos, Dios pone en nuestras manos los bienes que somos capaces de administrar, nos dará más cuando sepamos manejar más. Pero al fin de cuentas, las devolveremos al legítimo dueño cuando partamos de este mundo para que a su vez, las vuelva a entregar a otro.
• La sabiduría es vital para vivir bien, y cada uno de nosotros tenemos algo de ella. Podemos aumentarla de dos maneras: 1) Cultivándola con esmero (estudiando, leyendo, preguntando, observando, leyendo, etc. y, 2) Orando a Dios para tener más. “Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” Proverbios de Salomón 1:4-6. (Ver Santiago 1:5)


TRANSFORMADOS PARA SERVIR.
JOSIAS I. GONZALEZ.

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