sábado, 29 de enero de 2011

"A TODA ACCIÓN CORRESPONDE UNA REACCIÓN"

1 REYES 13

“Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.” 1 Reyes 13: 2.

El personaje principal de esta emocionante historia cargada de hechos sobrenaturales es un profeta anónimo, proveniente de Israel del Sur (Judá) con una misión que cumplir en Israel del Norte. Esta misión fue sumamente fascinante, la cual requería una alta dosis de audacia, fortaleza y sangre fría: 1. Llegar al altar pagano en Bet-el en ayunas. 2. ¡Hablarle al altar para comunicarle una profecía de parte del Dios verdadero! 3. Manifestar que ese mismo día en presencia de los asistentes el altar se quebraría. 4. Seguir absteniéndose de tomar alimento y agua durante el resto de la misión. 5. Regresar a Israel del Sur por un camino diferente al usado al llegar a Bethel.
Veamos el desarrollo de la aventura de su vida:
1. El simple hecho de ir, ya significaba un riesgo, pues estaba declarada la guerra entre el norte y el sur. Bet-el significa casa de Dios, pero Jeroboam había deshonrado ese nombre erigiendo un altar a un becerro de oro y muchos otros altares idolátricos. A pesar del riesgo que representaba ir, el varón de Dios fue.
2. El profeta hablo en voz alta dirigiéndose al altar: ‘Altar, altar, así ha dicho Jehová: un descendiente de David, no nacido aun, pero que se llamará Josías, quemará sobre ti los restos de tus sacerdotes idólatras y te derribará’ (V2 paráfrasis). Algunos pensarían: este está loco pues le habla al altar de piedra. Obviamente el mensaje no era para el altar, Dios y el profeta estaban usando un sentido de humor irónico para comunicar un mensaje a los asistentes, pues en ese momento había muchos presentes practicando culto a una imagen precisamente inanimada como el altar. Por cierto, ¡imagínense quien estaba entre los asistentes precisamente allí para ofrecer incienso! Nada más ni nada menos que el rey Jeroboam, quien había mandado edificar ese lugar de adoración, ahora oía el juicio de Dios.
3. Inmediatamente el rey se dio por aludido, enojado, apuntó hacia el varón de Dios ordenando su captura, pero su mano se quedó seca, sin poder moverla, el altar se quebró sin ser tocado y se derramó la ceniza, así como lo había anunciado el varón de Dios. Ante esto, la actitud del rey cambia drásticamente, pide al profeta que ore a Jehová por su sanidad, el varón de Dios ora, y el rey es curado milagrosamente de la misma manera que enfermó.
4. El varón de Dios rechaza en la invitación de Jeroboam de ir a su casa a comer, le dice que Dios le prohibió aceptar agua y alimentos. Con esto, transmitía otro mensaje adicional de parte de Dios: Jehová los rechazaba por haberse apartado de él. Además, el ayuno seguramente era parte de un periodo necesario de oración profunda.
5. Después de haber cumplido la parte más difícil de la misión el varón de Dios tomó camino de regreso a casa, uno diferente al de su llegada. Y aquí empieza la parte triste de la historia, sin dejar de ser fascinante.
Durante su camino de regreso a casa es interceptado por un viejo profeta que vivía en Bet-el, este, al oír del varón de Dios, no perdió la oportunidad de encontrarse con un siervo de Dios, tan escasos ahora en su país. Naturalmente lo invita a comer, y por supuesto que él responde que Dios no le permitió recibir alimentos durante su misión.
Lo intrigante del asunto es que siendo también profeta de Dios, el anciano le dice una mentira que resultó desastrosa: “un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua.” (V18) Podríamos especular sobre sus motivaciones, pero mejor vayamos sobre los efectos: el joven profeta creyó falsamente que Dios había dado la contraorden, además, su cuerpo le pedía a gritos alimento y agua, así que aceptó la invitación a comer, se desvió de su camino y aceptó la hospitalidad prohibida por Dios durante ese viaje.
El viejo profeta recibe ahora un mensaje de Dios y le comunica a su huésped que por haber sido desobediente a Dios al no completar su misión tal y como se le había instruido, no sería enterrado en su sepulcro familiar, lo cual era para ellos significaba un gran castigo. Recién había reanudado su camino, el profeta es atacado por un león y es muerto. Milagrosamente, la fiera no se come el cadáver, ni ataca al asno en que viajaba, el asno no huye, sino que juntamente con el león forma un singular cortejo fúnebre que acompaña al cadáver hasta que el viejo profeta lo recoge para la endecha y darle sepultura en su camposanto familiar.

Para reflexionar:
• • La muerte y sepultura del profeta lejos de su tierra fue la disciplina aplicada aquí en la tierra como consecuencia de su falta de diligencia, pero seguramente ahora está en la presencia de Dios; a diferencia de los que mueran persistiendo en sus pecados sin haberse arrepentido, los cuales recibirán castigo espiritual.
• • Habrá personas que nos darán un mensaje de parte de Dios, no cometamos el error de creer todo lo que nos digan aun los más respetables líderes religiosos, como seres humanos que son, ellos pueden mentir o equivocarse, por eso debemos comparar su dicho con lo que está escrito en la palabra de Dios.
• • En este relato sucede milagro tras milagro y se da una predicción también de manera milagrosa. Dios consideró necesario respaldar su mensaje con hechos sobrenaturales porque su pueblo estaba cegado, creyendo que sus ídolos tenían poder, o incluso que Dios se manifestaba a través de sus imágenes. Por medio de las señales, Dios afirmaba su poder, pero lo principal era el mensaje: el pecado tiene consecuencias desastrosas, arrepiéntanse.


TRANSFORMADOS PARA SERVIR
JOSIAS I. GONZALEZ.

2 comentarios:

  1. Excelente historia, con mucha reflexión. bendiciones.

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  2. Muy buena esta reflexion con mucha edificacion Dios les bendiga este ministerio

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